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La nueva segmentación y lo que aprendimos del siglo pasado en la publicidad


 

Mucho nos queda aún de la publicidad del siglo pasado. Aunque algunos de sus trucos actualmente sean vistos como desaciertos totales. Hoy en día, incluso esas tácticas nos brindan datos; información que se convierte en guía para entender el comportamiento del consumidor entorno a la publicidad.

Por eso, subestimarla sería un grave error. Mucho más cuando aprender de ella y actualizarla es lo que diariamente hacemos en el mundo digital.

Anteriormente, los datos que servían para delimitar nuestro público eran demográficos, etarios e incluso de nivel socioeconómico. En el mundo digital podemos estar en cualquier parte de la red, por lo que no nos enfocamos en donde se encuentra residenciado nuestro consumidor objetivo. Nos enfocamos en sus intereses, en sus gustos y en sus hobbys.

Esto puede traducirse en personas u organizaciones a las que sigue debido a un gusto en particular. Quienes hacen yoga, pueden seguir a algún influencer dedicado a compartir rutinas y posturas, sin importar si este habla el mismo idioma o si vive en el mismo continente, gracias a que las Redes Sociales son altamente visuales.

Es así cómo podemos ubicar en un espacio y tiempo a nuestra audiencia potencial. Hablar de ciertos temas interesantes para nuestro público objetivo es una consecuencia de la segmentación por intereses.  

Ciertamente, los intereses y a qué dedicamos nuestro tiempo está muy relacionado con un estrato social y un rango de edad. Pero en la época de la globalización, la ubicación en la que estamos no es impedimento para hacer lo que, en resumidas cuentas, se hace en Redes Sociales: consumir contenido.


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